miércoles, 20 de julio de 2011

ETIQUETA ECOLÓGICA

Los consumidores le exigen cada vez más a los productos o servicios que adquieren, y no sólo a ellos, sino que también a su marca. Según encuestas, ha aumentado mucho el interés de los consumidores por el impacto que generan las empresas en el medioambiente…pero ¿Cómo sabemos cuál es el impacto de los productos o servicios de una determinada empresa si no nos entregan esa información? ¿Qué pasaría si en las etiquetas también nos mostraran dicha información, para que conozcamos el impacto ambiental que se generó con la fabricación de un determinado producto o servicio?... ETIQUETA ECOLÓGICA!
Desde 1992 existe, en Europa, un sistema de etiquetado ecológico que muestra aquellos productos o servicios más respetuosos con el medio ambiente. Actualmente, esta etiqueta abarca una amplia gama de productos y servicios como artículos de limpieza, electrodomésticos, productos textiles, de jardinería, lubricante, alojamiento turístico y está por ampliarse a otras áreas, como alimentos y bebidas. Esta flor (símbolo ecológico) es cada vez más reconocida por los europeos y por ende es mayor la cantidad de empresas que desean tenerla… ¿Qué pasaría si hiciéramos lo mismo en nuestro país? ¿Estarían dispuestos a cambiar sus hábitos para consumir aquellos productos que garanticen tener un menor impacto?
Nosotros consideramos que debiera existir una ley que obligue a las empresas a especificar el daño que provoca la fabricación de sus productos, ya que es la única forma de hacernos conscientes de cuál es nuestro propio impacto, y realizar un cambio.
Además, esto obligaría a las empresas a revisar sus procesos y hacerlos más eficientes, al representar una ventaja competitiva el hecho de tener una etiqueta que muestre una emisión de CO2 menor que el resto.
Esperamos que nuestro desarrollo tome este camino y que las leyes de nuestro país se adecuen a las necesidades actuales de nuestro planeta. Es importante que tengamos un buen soporte constitucional para que no sigamos actuando con lo “acostumbrado”… está claro que las leyes medioambientales de nuestro país no se han adaptado a las nuevas necesidades y seguimos permitiendo que se realicen proyectos (en este caso que no se realicen) que se encuentran dentro de los límites, pero evidentemente nos perjudican.
De todas formas, busquemos la manera de reducir nuestro impacto con los recursos que dispongamos en este momento. Cambiemos nuestros hábitos! Todo es válido, aunque parezca no ser significativo… de algo se parte... Con pequeños pasos se logran los más grandes cambios!
AGRADECEMOS POR SU APORTE A NICOLÁS JUSTINIANO

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