Me gustaría no referirme al cielo y al infierno con esos términos, pero creo que son los más universales a pesar de la credibilidad que han perdido por interpretaciones erróneas y dictatoriales. El cielo y el infierno se viven acá, en la tierra: cómo no van a vivir en un infierno quienes constantemente están llenos de miedos, preocupaciones, infelicidad, rabia, envidia y apariencias. Hace unos días, fui a un supermercado del barrio alto y me contaban que muchos van a llenar carros y hablar por celular, además de aprovechar las degustaciones que por lo demás no están nada mal, para demostrarle a la mamá del compañero de su hijo que lleva dos carros repletos con los productos más sofisticados de la tienda, ¿Cómo no va ser éso un infierno? Actuar para que te reconozcan. Lo mismo pasa con el Cielo… podemos vivir bien, creciendo, disfrutando, a pesar de los reveces. El ser humano tiene la fuerza necesaria para enfrentar momentos difíciles y como dice el cliché: lo que no te mata te hace más fuerte, entonces seamos más fuertes! Y cómo dijimos en el artículo del 16 de Mayo, la felicidad depende sólo en un 10% de factores externos como el dinero, salud y bienes materiales.
Las religiones quieren enseñar lo mismo, sólo que a veces no sabemos interpretar… Jesús dijo: “el Reino está acá” señalándose a sí mismo, no quiso decir que él era el cielo, sino que el cielo está en cada uno de nosotros. Los Hindúes tienen como objetivo conseguir la unión entre el alma única (ser lo que de verdad somos, ser auténticos) y el alma universal… donde todos somos uno.
Según el libro Psicología y Alquimia de Jung, en occidente se tiene una mirada externa de la religión: este cielo (valor máximo, “lo bueno”, la plenitud, la paz, el amor) e infierno (pecado, “lo malo”) están afuera, por lo mismo las personas buscan el valor y la felicidad en cosas de afuera y en oriente es todo lo contrario, todo esto está adentro y forma la individualidad del ser: el valor está en cada uno de nosotros.
Ahora está en tus manos decidir cómo quieres vivir, en el cielo o en el infierno.
Elige tu camino...
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