Leyendo la sección Tendencias de La Tercera, me encontré con un artículo que, por cierto tiene mucho sentido, sobre la FELICIDAD y sus particularidades. Aquí les dejo algunas reflexiones.
Generalmente pensamos, que el éxito está ligado al coeficiente intelectual, a la carrera que estudiamos o la mayor cantidad de oportunidades que tenemos. A su vez, la felicidad se relaciona directamente con ser exitoso u otros factores como la salud o la riqueza. Sin embargo, como señalan en el artículo: solo el 10% de la felicidad está dada por estos factores externos, el 90% tiene que ver con elementos internos como la disposición, actitud frente a la vida, capacidad de disfrutar y vivir los momentos en su plenitud.
Se hizo un estudio con unas monjas y, luego de haber analizado sus vidas y autobiografías, rescataron que aquellas que se sentían más contentas vivieron en promedio 10 años más que las que contaban sucesos negativos.
Hay una perspectiva equivocada. La felicidad no es una meta, la vemos como una consecuencia de factores externos. Sin embargo, la felicidad debiera ser un estado que acompañe las actividades del día a día, haciendo más ameno e interesante lo que parece aburrido, lo cotidiano, lo rutinario.
Se señala en el artículo: “el éxito no nos hace felices; es la felicidad la que conduce al éxito y podemos aprender a ser felices”. ¿Cómo?, se preguntarán ustedes y dirán: si fuera tan fácil ¡todos lo harían!, pero para que ustedes sepan, es muy fácil!!!
Primero, y como ya lo he mencionado, ser consciente de que la felicidad conduce y aumenta el éxito; luego, hay que cambiar la forma de ver el trabajo, es más que ganarse la vida. Es la forma en que nos desarrollamos, participamos e interactuamos con el mundo. Y lo mismo se puede hacer con las tareas diarias, como cocinar, limpiar y ordenar.
Una de las formas para que el cerebro practique, es por ejemplo pensar todos los días, durante un período de tiempo, en cosas de las cuales uno está agradecido o te hacen feliz, para que el cerebro se entrene y luego se acostumbre a pensar de esta forma, positivamente. También, para cultivar la felicidad propia, es necesario desarrollar en cuanto a calidad, las redes sociales: "El apoyo social es el más grande predictor de éxito”, explican y se refieren a darse el tiempo, a pesar del estrés o falta de este, de comer con la familia, compartir con los amigos o conversar, ya que son estas actitudes las que aumentan el nivel de felicidad. En el caso de que realmente no haya tiempo, sirve enviar correos electrónicos o mensajes de textos con algún deseo positivo o de agradecimiento. También, sirve muchísimo para potenciar una actitud positiva, recordar momentos de alegría o donde hubo sentimientos gratos, ya que el cerebro no hace la distinción entre vivirlo o pensarlo.
Así que ya saben, cambiar la perspectiva sobre la felicidad como objetivo y verla como un medio, poniendo en mente recuerdos y pensamientos positivos para poder disfrutar la vida y con esto, alcanzar el éxito…… adiós.
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